ORACIÓN
DE SAN JUAN PABLO II
Virgen de la Almudena, Madre
y Señora nuestra, vengo hasta tu Imagen santa para venerarte
con filial devoción.
En tu honor se construyó
esta Catedral, para que fuera digna morada tuya y luminoso lugar
de encuentro con todos tus hijos.
Tú, que estuviste oculta
en murallas del viejo Madrid, te manifiestas hoy como Madre de
inmensa ternura.
Tu nombre de Almudena hace
referencia a la fortaleza; danos constancia firme para vivir
siempre seguros en la fe de la Iglesia.
Mantén vivo y fuerte
nuestro amor, para que ningún obstáculo pueda desviarnos
del camino de la salvación.
Enséñanos a verte
siempre Madre, manantial de misericordia, regazo de perdón,
abrazo de la esperanza, puerta de la Gloria.
Llena con tu presencia maternal
la dura soledad de los que sufren. Acoge con amor los deseos
de sus hijos. Abre nuestros corazones a la alegría del
espíritu.
Como excelsa Patrona de Madrid,
bendice y protege a quienes pronuncian cada día, con devoto
amor, tu nombre santo y el de tu Hijo. Que vive y reina por los
siglos de los siglos. Amén.
(Oración
que San Juan Pablo II pronunció el 15 de junio de 1993,
día en que dedicó la Iglesia Catedral de Santa
María de la Almudena)
__________
ORACIÓN
PARA PEDIR UN FAVOR
Santa María de la Almudena,
Hija predilecta del Padre, Madre entrañable del Hijo y
Esposa del Espíritu Santo.
A Ti rendimos nuestros corazones,
a Ti que eres nuestra amorosa Madre y poderosa abogada, te pedimos
sigas siendo nuestra benefactora y no permitas que dejemos de
amar a Dios.
Virgen María, te agradecemos
lo que nos das, pues Tú eres quien lleva a tu Hijo Dios
nuestras penas, nuestras desdichas y necesidades y consigues
que El nos escuche y atienda.
Tú, por designio de
Dios eres nuestra poderosa intercesora y nuestro modelo a imitar.
Por eso, Madre compasiva, te
pedimos que seas siempre nuestra protectora, nuestro auxilio
en la tribulación, nuestra mediadora en todo problema
y en cualquier dificultad y necesidad.
Señora recibe mis suplicas
con agrado y hazlas llegar ante el Señor, ruega por mí
y haz que reciba este favor especial que tanto necesito para
tener paz y felicidad en mi vida: (pedir lo que se desea conseguir).
Sé que dejo en las mejores
manos mis problemas y que, por lo compasiva y generosa que eres,
no me dejarás sin la difícil ayuda que pido, por
favor haz que sean escuchadas en las Alturas, pues Dios todo
lo puede y hace realidad nuestros deseos.
Haz amable Virgen de la Almudena
que no pierda nunca la esperanza en Ti y la confianza en la Voluntad
de Dios, haz que tenga fortaleza y paciencia y no desespere.
También pido tu auxilio
para ser mejor persona y saber avanzar con paso firme por los
duros caminos, por ello te pido no me abandones nunca, que tu
ejemplo esté presente en mi vida y el amor que siento
hacia Ti aumente cada día
Así sea.
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ORACIÓN
A LA VIRGEN SANTA DE LA ALMUDENA
Virgen Santa
de la Almudena, Madre, Señora y Reina de Madrid: acuérdate
de este pueblo, que te quiere, aunque con demasiada frecuencia
se olvida de Ti.
Tú,
que tuviste que esperar a que se derribara el muro para contemplar
el pueblo que bullía a tus pies, destruye el muro que
forman nuestras comodidades, egoísmos y pecados, para
que podamos descubrir la hermosura de tu rostro.
Tú,
que durante el período de cautiverio conservaste encendida
la candela que la devoción puso junto a tu imagen, haz
que conservemos durante nuestro destierro encendido el fuego
de la fe, de la esperanza y del amor.
Ayúdanos
a llenar nuestras almas con las flores de nuestras ilusiones,
de nuestros trabajos, de nuestros amores, para ponerlos a tus
pies, Señora nuestra María de la Almudena, tanto
en el presente como en el futuro, ruega por nosotros.
Amén.
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FELICITACIÓN
SABATINA A STA MARÍA LA REAL DE LA ALMUDENA
Virgen de la
Almudena, Madre y Señora nuestra, vengo hasta tu Imagen
santa para venerarte con filial devoción.
Tu nombre de
Almudena hace referencia a la fortaleza; danos constancia firme
para vivir siempre seguros en la fe de la Iglesia.
Mantén vivo y fuerte nuestro amor, para que ningún
obstáculo pueda desviarnos del camino de la salvación.
Enséñanos a verte siempre Madre, manantial de misericordia,
regazo de perdón, abrazo de la esperanza, puerta de la
Gloria.
Llena con tu presencia maternal la dura soledad de los que sufren.
Acoge con amor los deseos de sus hijos. Abre nuestros corazones
a la alegría del espíritu.
Bendice y protege
a quienes pronuncian cada día, con devoto amor, tu nombre
santo y el de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén. |