Por la señal de la
Santa Cruz...
Señor mío, Jesucristo...
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS
Soberana Virgen María, Reina de los Ángeles, Emperatriz
de los cielos, elegida Madre de Dios, concebida en gracia, a
quien rinden veneración todos los coros de los Ángeles
y Santos del cielo. A Ti me acerco para rogarte que, puesto que
bajaste del cielo a la tierra declarando que eres Madre de Merced
y de las Misericordias, usa tu piedad con este humilde devoto
tuyo. Y para más obligarte, Madre de pecadores, consuelo
de los afligidos, socorro de todas las necesidades, me consagro
una vez más a ti, como esclavo y servidor tuyo. Dirígeme,
encamíname y ampárame, Señora y Madre mía,
para que acierte a servirte y logre lo que en esta novena pido
y deseo, si es del agrado de tu precioso Hijo Jesús, que
vive y reina con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo,
Dios por todos los siglos de los siglos. Amén
Rezar a continuación la oración del día
que corresponda:
DÍAS: 1 | 2 | 3 | 4
| 5 | 6 | 7
| 8 | 9
|
Estampa calada de N. S.
de la Merced |
DÍA PRIMERO
Señor, Dios Omnipotente
y Misericordioso, que así para librar a tu pueblo escogido
de la esclavitud de Egipto hablaste a Moisés en el monte
Horeb, desde una zarza que ardía sin consumirse, así
mismo hablaste en Barcelona al Patriarca San Pedro Nolasco para
que rescatase a los cautivos cristianos, siendo la mensajera
tu Santísima Madre, la Virgen María, que bajó
del cielo y desde el primer instante de su vida fue como zarza
milagrosa, pues jamás la tocó la llama de la culpa,
ni perdió la hermosura de la gracia, ni su original pureza;
te ruego que por la intercesión de la misma Santísima
Madre tuya, no se abrase mi cuerpo en las llamas de la impureza,
ni se manche mi alma con el pecado de la sensualidad, para que,
a imitación de esta celestial Señora, exhale mi
corazón fragancias de pureza.
Pídase la gracia
que se desea obtener. Terminar con las oraciones
finales para todos los días.
__________
DÍA SEGUNDO
Rey soberano, Padre de Misericordia
y Dios de todo consuelo, que con la virtud de la vara de Moisés
diste a conocer al Faraón la eficacia de tu Divino Poder,
pues con ella fue quebrantada la dureza de aquel perverso corazón
y consiguió la libertad tu pueblo escogido; humildemente
te rogamos, por la intercesión de la virgen Santísima
de la Merced, refrenes mis pasiones y ablandes la dureza de mi
pobre corazón, para que, logrando con tu gracia quebrantar
las cadenas de mis culpas, me vea libre de la esclavitud del
pecado; y concediéndome la merced de tu caridad y justicia,
me des también el don de la perseverancia final, para
merecer y lograr la gloria eterna. Amén.
Pídase la gracia
que se desea obtener. Terminar con las oraciones
finales para todos los días.
__________
DÍA TERCERO
Poderosísimo Señor
y Padre compasivo que después de librarlos del cautiverio,
diste a los israelitas una columna de esperanza y consuelo, pues
durante el día, en forma de nube los defendía de
los rayos y ardores del sol, y por la noche, en figura de fuego,
les iluminaba para librarlos de todo riesgo y peligro; humildemente
te suplico por mediación de María Santísima
de la Merced, que consigamos vernos libres de los rigores de
tu justicia y merezcamos, por tu piedad, el fuego del divino
amor que abrase siempre nuestros corazones y sirva de luz que
disipe las sombras de nuestra ignorancia para que no perdamos
nunca el camino del cielo. Amén.
Pídase la gracia
que se desea obtener. Terminar con las oraciones
finales para todos los días.
__________
DÍA CUARTO
¡Dulcísimo Jesús,
Dios infinito, hijo Unigénito de María!; pues manifestaste
a los hombres que te es agradable el título de la Merced
con que veneramos a tu Santísima Madre: haz, Señor,
que experimentemos el Poder de este celestial nombre y singular
devoción, y que la Reina del cielo y tierra nos defienda
del enemigo infernal y de todas sus asechanzas y tentaciones,
para que acertemos a servirte en esta vida y después podamos
cantarte himnos de alabanza por toda la eternidad. Amén.
Pídase la gracia
que se desea obtener. Terminar con las oraciones
finales para todos los días.
__________
DÍA QUINTO
Clementísimo Señor,
Padre amoroso y benignísimo creador nuestro, somos pecadores
y por ellos merecedores de castigo en este mundo y en el otro,
más por tu infinita misericordia, nos concedes un refugio
seguro en la protección de tu Santísima Madre;
continúa derramando sobre cuantos la veneramos como a
Madre de Merced y Misericordia tus divinas bendiciones, para
que, libres de los peligros de este mundo, lleguemos con su protección,
al Puerto seguro de la Gloria. Amén.
Pídase la gracia
que se desea obtener. Terminar con las oraciones
finales para todos los días.
__________
DÍA SEXTO
Señor, Dios de la Misericordia,
que por medio de la reina Esther libraste a los israelitas de
la sentencia de muerte dictada por Asuero; te rogamos, piadoso
dueño de nuestras almas, que por la intercesión
de la Santísima Virgen María de la Merced, nos
libres de la muerte del pecado, concediéndonos la libertad
de los Hijos de Dios y vivir en gracia hasta que podamos gozar
eternamente en la gloria. Amén.
Pídase la gracia
que se desea obtener. Terminar con las oraciones
finales para todos los días.
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DÍA SÉPTIMO
Eterno y Omnipotente Dios,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, que coronaste a la Santísima
Virgen María de estrellas y la vestiste de Gloria y Majestad,
dándole poder contra todos nuestro enemigos; te suplicamos
con la mayor confianza, nos otorgues el favor de considerarnos
como devotos y esclavos de tan esclarecida Señora, pues
la invocamos como Madre de la Merced y Misericordia, para que
así nos veamos libres de las asechanzas del enemigo infernal
ahora y en la hora de nuestra muerte y podamos conseguir la Gloria
eterna. Amén.
Pídase la gracia
que se desea obtener. Terminar con las oraciones
finales para todos los días.
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DÍA OCTAVO
Amantísimo Dios y piadoso
Señor, que para librar del castigo de la muerte a tu siervo
Nabal, dispusiste que bajara del monte la prudente Abigail, para
postrarse ante el Rey David; te suplicamos rendidamente que por
los ruegos de la hermosísima y prudente Virgen María
de la Merced, tu Madre, que bajó del monte de la gloria
a la ciudad de Barcelona para dar consuelo a todos los afligidos
y libertad a los cautivos cristianos, nos libres de todo peligro
de cuerpo y alma y nos concedas entrada segura en la gloria celestial.
Amén.
Pídase la gracia
que se desea obtener. Terminar con las oraciones
finales para todos los días.
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DÍA NOVENO
Dios y Señor de todo
el Universo, que compadecido de nuestras miserias te dignaste
bajar a redimirnos de la esclavitud del pecado haciéndote
hombre en las purísimas entrañas de María;
te rogamos por ese infinito amor tuyo, que pues elegiste a la
Virgen Madre tan pura y tan misericordiosa, hagas que ella derrame
sobre todos tus devotos la lluvia de sus bondades, para que mereciendo
subir pro la senda de las virtudes, logremos, por la intercesión
de la virgen María de la Merced, gozar de la Bienaventuranza
Eterna, adorándote en tus moradas celestiales, donde vives
y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, y eres Dios
por los siglos de los siglos. Amén.
Pídase la gracia
que se desea obtener. Terminar con las oraciones
finales para todos los días. |
ORACIONES
FINALES PARA TODOS LOS DÍAS
Salutaciones. Yo te venero con todo el corazón,
Virgen Santísima de la Merced, sobre todos los Ángeles
y Santos del Paraíso, como Hija del Eterno Padre y te
consagro mi alma con todas sus potencias. Dios te salve, María...
Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima
de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso,
como Madre de Dios Hijo y te consagro mi cuerpo con todos sus
sentidos. Dios te salve, María...
Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima
de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso,
como Esposa del Espíritu Santo y te consagro mi corazón
con todos sus afectos, pidiéndote que me obtengas de la
santísima trinidad todos los medios y gracias que necesito
para mi salvación eterna. Dios te salve, María...
Oración. ¡Oh, Bendita Virgen María
de la Merced! ¿Quién podrá darte las debidas
gracias y alabanzas por la solicitud tan maternal con que siempre
has atendido a todas las almas? ¿Qué alabanzas
podrá tributarte el frágil mortal que no haya aprendido
de ti, Madre mía?
Dígnate aceptar nuestras
plegarias que con todo fervor te dirigimos para agradecerte tantos
y tan grandes favores que hemos recibido de tu maternal bondad.
Son pobres y desproporcionadas a tus beneficios, pero no pongas
tus ojos en ellos, piensa más bien que somos tus hijos
y que, como hijos muy amantes te las dirigimos. A recibirlas
alcánzanos el perdón de nuestros pecados y redímenos
del castigo por ellos tenemos merecido. Escucha propicia nuestras
plegarias y haz que consigamos la dicha eterna.
Recibe nuestras ofrendas, accede
a nuestras súplicas, disculpa nuestras faltas, pues eres
la única esperanza de los pecadores. Por tu intercesión
ante tu Hijo esperamos el perdón de nuestros pecados y
en ti, oh Madre celestial, tenemos toda nuestra esperanza. Virgen
excelsa de la Merced; socorre a los desgraciados, fortalece a
los débiles, consuela a los tristes, ruega por nuestra
Patria, intercede por el Papa, por los Obispos, por los Sacerdotes,
por los presos y sus familias; que experimenten tu protección
maternal todos cuantos se acerquen a ti con devoción y
confianza. Está siempre dispuesta a escuchar las oraciones
de los que acuden a tus plantas, de manera que vean siempre cumplidos
sus deseos. Ruega sin cesar por todo el pueblo cristiano tú,
oh Virgen dichosa, que mereciste llevar en tus entrañas
purísimas al Redentor del mundo, que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén. |