Canción de los
ángeles. 1881.
W. A. Bouguereau
Forest Lawn Cementary
Glendale, California
Dios te salve, María.
María del
sí,
para proscribir los "no"
y acoger siempre
el amor que florece.
María silencio,
silencio en semillas
para que germine en nuestra tierra
la palabra de vida.
María la
hermosa,
hermosa de luz
para iluminar los rostros nublados
al sol del Hijo.
María de
cada día,
para desgranar
mil instantes de la jornada
en cuentas de rosario.
María ternura,
para nuestros besos
vuelos de pájaros
hacia frentes desiertas.
María sonrisa,
para vivir en flores,
flores que los caminantes
recogen a su paso.
María de
las lágrimas,
caudal de lágrimas
que riega
los corazones agostados.
María la
excelsa,
la bien situada,
ruega por mí
tan mal situado.
María recuerdo,
recuerdo fiel,
acuérdate de mí cuando,
cubiertos los pies de polvo,
entre en la VIDA.
Dios te salve, María,
María madre,
María a quien amo.
Amén. |
ORACIÓN
A SANTA MARIA
(L. de
Grandmaison)
Santa María,
Madre de Dios, consérvame un corazón de niño,
puro y cristalino como una fuente. Dame un corazón sencillo
que no saboree las tristezas; un corazón grande para entregarse,
tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso
que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún
mal. Fórmame un corazón manso y humilde, amante
sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón
ante tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que
con ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia
se canse; un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo,
herido de su amor, con herida que sólo se cure en el cielo.
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ANTE
LAS TENTACIONES
Madre querida
acógeme en tu regazo, cúbreme con tu manto protector
y con ese dulce cariño que nos tienes a tus hijos aleja
de mí las trampas del enemigo, e intercede intensamente
para impedir que sus astucias me hagan caer. A Ti me confío
y en tu intercesión espero. Amén.
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MEMORARE
Fray Luis
de Granada, O.P. (1504-1588)
No me desampare
tu amparo,
no me falte tu piedad,
no me olvide tu memoria.
Si tú, Señora, me dejas, ¿quién me
sostendrá?
Si tú me olvidas, ¿quién se acordará
de mí?
Si tú, que eres Estrella de la mar
y guía de los errados, no me alumbras, ¿dónde
iré a parar?
No me dejes tentar del enemigo,
y si me tentare, no me dejes caer,
y si cayere, ayúdame a levantar.
¿Quién te llamó, Señora, que no le
oyeses?
¿Quién te pidió, que no le otorgases?
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SÚPLICA
A LA VIRGEN
PARA SER BUEN CRISTIANO
(San Efrén)
Santísima
Señora, Madre de Dios; tú eres la más pura
de alma y cuerpo, que vives más allá de toda pureza,
de toda castidad, de toda virginidad; la única morada
de toda la gracia del Espíritu Santo; que sobrepasas incomparablemente
a las potencias espirituales en pureza, en santidad de alma y
cuerpo; mírame culpable, impuro, manchado en el alma y
en el cuerpo por los vicios de mi vida impura y llena de pecado;
purifica mi espíritu de sus pasiones; santifica y encamina
mis pensamientos errantes y ciegos; regula y dirige mis sentidos;
líbrame de la detestable e infame tiranía de las
inclinaciones y pasiones impuras; anula en mí el imperio
de mi pecado; da la sabiduría y el discernimiento a mi
espíritu en tinieblas, miserable, para que me corrija
de mis faltas y de mis caídas, y así, libre de
las tinieblas del pecado, sea hallado digno de glorificarte,
de cantarte libremente, verdadera madre de la verdadera Luz,
Cristo Dios nuestro. Pues sólo con Él y por Él
eres bendita y glorificada por toda criatura, invisible y visible,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. |