"Son tantas y tan grandes
nuestras necesidades de cuerpo y alma, y las culpas en que cada
día caemos, y las dificultades que tenemos en vencernos
y en vencer a los enemigos que continuamente nos hacen guerra,
que nos conviene estar siempre alerta, y buscar valedores y favorecedores
para poder resistir a sus asaltos y combates. El bienaventurado
San Pablo dice que el cristiano lidia en este mundo con Satanás,
y que está expuesto a los ojos de los Ángeles y
Santos del cielo que le están mirando. Los mismos Santos,
que nos miran y ven nuestros peligros y peleas, y se alegran
cuando vencemos. y se entristecen a su modo cuando somos vencidos,
son los que con sus oraciones más nos pueden ayudar, y
a quienes nosotros debemos invocar y pedirles su ayuda y socorro,
porque son muy poderosos delante del Señor, y nos alcanzan
de su divina Majestad la gracia que nosotros por nuestras culpas
no merecemos. Este uso de invocar los Santos es antiquísimo
en la Iglesia católica, y muy glorioso para el Señor
que los hizo Santos, y para ellos de mucha honra, y para nosotros
de grandísima utilidad."
P. Pedro de
Rivadeneira
(1527-1611)
***
La intercesión de los
santos. "Por el hecho de que los del cielo están
más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más
firmemente a toda la Iglesia en la santidad...no dejan de interceder
por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único
Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos
que adquirieron en la tierra... Su solicitud fraterna ayuda,
pues, mucho a nuestra debilidad" (LG 49)
Catecismo de
la Iglesia católica,
nº 956 |
RAZONES PARA SER
DEVOTOS SUYOS
1) Son de nuestra misma naturaleza;
fueron flacos como nosotros, y saben por experiencia nuestra
necesidad.
2) Son de la misma naturaleza
que Jesucristo y su Santísima Madre, y esta semejanza
y parentesco les da mayor aliento para rogar por los pecadores.
3) Padecieron mucho en esta
vida por amor de Jesucristo, y le obligan con la representación
de sus penas, a que conceda lo que piden para sus devotos.
4) Los quiere Dios honrar en
la tierra, donde le sirvieron, concediendo por su intercesión
favores a los mortales.
5) Como pelearon y vencieron
en nuestras mismas batallas, les ha concedido Dios especial poder
para ayudarnos en ellas.
6) Enseñaron a los hombres
el camino del cielo, unos con sus palabras, otros con sus ejemplos,
y se debe agradecimiento y reverencia a los maestros.
7) Dios nos los ha dado por
ejemplares y abogados en señal de que quiere conceder
lo que le pedimos por su intercesión, especialmente cuando
esto se ordena a la imitación de sus virtudes.
8) Tenemos sus reliquias en
la tierra, como prendas seguras de que por ellas han de hacer
muchos bienes al mundo, donde dejaron tal tesoro.
9) Hace Dios continuos milagros
y favores por la intercesión de los Santos, para alentar
nuestra confianza y despertar nuestra devoción.
OBSEQUIOS CON QUE
PODEMOS
OBLIGAR A LOS SANTOS
1) Encomendarnos a ellos, con
grande confianza de alcanzar lo que pedimos, si nos conviene.
2) Leer con atención
la vida del Santo o Santos de quienes se reza aquel día,
procurando imitar algo de lo que leemos.
3) Hablar en nuestras conversaciones
de sus virtudes, para que otros los imiten veneren.
4) Visitar sus templos y altares
con devoción y reverencia.
5) Oír la Santa Misa
en honra de los Santos de aquel día.
6) Confesar y comulgar en las
fiestas de los Santos de nuestra mayor devoción.
7) Ejercitarnos tales días
en limosnas y otras obras especiales de virtud, andando con mayor
cuidado de evitar culpas, haciéndonos así más
aptos para recibir sus favores.
8) Escoger por suerte cada
año un Santo que nos sea especial patrono en todo él,
rezándole cada día un Padre nuestro y Ave María,
a manera de tributo; y cada mes otro Santo de los que caen en
él, haciéndole por todo el mes el mismo obsequio.
9) Hacer cada día alguna
conmemoración de todos los Santos, que puede ser su letanía,
tomándolos a todos por intercesores para conseguir lo
que tanto nos importa, como es la salvación, empezando
desde ahora con todos los cortesanos del cielo una amistad que
ha de ser eterna. |