DÍA CUARTO
Comenzar con el acto
de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María
Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor
a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y
hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza,
para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo
y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles
a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora,
me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte,
de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo
tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación
de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo.
Así Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular
que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración
final.
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DÍA QUINTO
Comenzar con el acto
de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María
Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos,
cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del
Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección
con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio
III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole
por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino
Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían.
Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de
alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el
santo servicio de Dios y tuyo. Así, Señora, te
lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y
Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular
que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración
final.
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SEXTO DÍA
Comenzar con el acto
de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María
Santísima, que para señalar a los Carmelitas por
especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda
del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias
y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo
con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus
virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora,
me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano
y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca
lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así,
Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios
te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular
que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración
final.
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DÍA SÉPTIMO
Comenzar con el acto
de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María
Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que
devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse
de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio,
acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros.
Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta
vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre
la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando
siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así,
Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios
te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular
que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración
final.
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DÍA OCTAVO
Comenzar con el acto
de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María
Santísima, que ejerces tu especial protección en
la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu santo
escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia
salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas
del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y
consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia,
perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor
de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma
no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad
eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico
humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia,
etc.
Pedir la gracia particular
que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración
final.
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DÍA NOVENO
Comenzar con el acto
de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María
Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas,
aún después de la muerte, como piadosísima
Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas,
cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues
salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios,
nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora,
me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones
de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo
que logre este singularísimo favor. Así, Señora,
te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina
y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular
que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración
final.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS
LOS DÍAS
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción
se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario,
que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los
estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh
hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante
tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección.
Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre,
el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre,
así como las de mi nación y las de todo el mundo,
las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira
con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes
y cismáticos como ofenden a tu divino Hijo, y a tantos
infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos
se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte
ahora y por toda la eternidad. Así sea. |
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