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INVOCACIONES
A cada invocación
se responde: "Madre de amor, ven en mi socorro"
* Madre del Perpetuo Socorro, cuyo solo nombre inspira confianza:
R/.
* En el momento difícil de la prueba, para ser fuerte.
R/.
* Cuando haya tenido la desgracia de caer, para que vuelva a
levantarme. R/.
* Frente a la mentira y a la injusticia, frente al afán
de poseer para mantenerme libre. R/.
* Si se oscurece mi fe, decae mi esperanza y me enfrío
en el amor. R/.
* Al participar en los sacramentos y en el servicio a Dios y
a los hermanos. R/.
* En todos los acontecimientos y ocupaciones de la vida. R/.
* Para estar atento a la Palabra de Dios y responder a sus dones.
R/.
* Para conseguir con mi ejemplo que los demás te invoquen
y te amen. R/.
* Madre mía, para ser fiel a Cristo, hasta llegar a la
gloria del Padre. R/. |
Rezar la oración
del día correspondiente:
DÍAS
1 | 2 | 3
DÍA PRIMERO
ORACIÓN. ¡Oh Madre
del Perpetuo Socorro! Aquí tenéis a vuestros pies
a un miserable pecador que a Vos acude y en Vos confía.
Madre de misericordia, tened piedad de mi. Oigo que todos os
llaman Refugio y Esperanza de los pecadores; sed, pues, el refugio
y la esperanza mía. Socorredme por amor de Jesucristo,
tended la mano a un miserable caído que a Vos se encomienda
y se consagra por vuestro siervo perpetuo. Bendigo y doy gracias
a Dios que por su misericordia me ha concedido esta confianza
en Vos, que yo miro como una prenda de mi salvación. ¡Ah,
infeliz de mi! En el tiempo pasado he caído en la culpa
por no haber acudido a Vos; y tengo por cierto que si a Vos me
encomiendo me ayudaréis y saldré victorioso; pero
este es mi temor; que en las ocasiones de pecar deje de llamaros
en mi ayuda y así me pierda. Concededme, pues, esta gracia
que ardientemente os pido; alcanzadme que en los asaltos del
infierno recurra a Vos diciendo; María, ayudadme; Virgen
del Perpetuo Socorro, no permitaís que pierda a mi Dios.
Rezar cinco Avemarías. Hacer la petición del
favor que se desea obtener con este triduo. Terminar con la oración final para todos los días.
__________
DÍA SEGUNDO
ORACIÓN. ¡Oh,
Madre del Perpetuo Socorro! Concededme la gracia de que pueda
siempre invocar vuestro poderosísimo nombre, ya que él
es el socorro del que vive y la salvación del que muere.
¡Ah, María dulcísima, María purísima!
haced que vuestro nombre sea de hoy en adelante el aliento de
mi vida. Cada vez que os llame, Señora mía, apresuraos
a socorrerme, pues en todas mis necesidades propongo no dejar
de invocaros, diciendo y repitiendo: ¡María, María!...
¡Oh qué aliento, qué dulzura, qué
confianza, qué ternura no siente mi alma con solo repetir
vuestro nombre y pensar en Vos! Doy gracias a Dios, que os ha
dado para bien mío ese nombre tan dulce, tan amable y
tan poderoso! Mas no me contento con pronunciar vuestro bendito
nombre; quiero pronunciarlo por amor, quiero que el amor me recuerde
que siempre debo llamaros: Madre del Perpetuo Socorro.
Rezar cinco Avemarías.
Hacer la petición del favor que se desea obtener con este
triduo. Terminar con la oración final para
todos los días.
__________
DÍA TERCERO
ORACIÓN. ¡Oh Madre
del Perpetuo Socorro! Vos sois la dispensadora de todas las gracias
que Dios nos concede a nosotros pecadores; y si os ha hecho tan
poderosa, tan rica y tan benigna, es para que nos socorráis
en nuestras miserias. Vos sois la abogada de los reos más
abominables y desamparados que a Vos recurren; socorredme también
a mí, que a Vos me encomiendo, en vuestras manos pongo
mi eterna salvación y a Vos entrego mi alma; contadme
en el número de vuestros más especiales siervos;
acogedme bajo vuestra protección, y eso me basta. Si,
porque si Vos me protegéis ya nada temeré; no temeré
mis pecados, porque Vos me alcanzaréis perdón de
ellos; no a los demonios, porque Vos sois mas poderosa que todo
el Infierno; no temeré a mi propio Juez, Jesucristo, porque
con una súplica vuestra El se aplaca. Solo temo que por
mi descuido deje de encomendarme a Vos, y así me pierda.
Obtenedme, Señora mía, el perdón de mis
pecados, el amor a Jesucristo, la perseverancia final y la gracia
de acudir siempre a Vos, ¡oh Madre del Perpetuo Socorro!
Rezar cinco Avemarías.
Hacer la petición del favor que se desea obtener con este
triduo. Terminar con la oración final para
todos los días.
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ORACIÓN FINAL
V. Te has hecho, Señora, nuestro
Refugio.
R. Socorriéndonos oportunamente
en la tribulación.
ORACION. Dios Omnipotente,
que en tu misericordia nos diste la Imagen de tu Bienaventurada
Madre, para que con el titulo especial de Perpetuo Socorro la
venerásemos: concédenos, Señor, que en todas
las vicisitudes de nuestra peregrinación en esta vida
seamos, con la continua protección de la Inmaculada y
siempre Virgen María, asistidos y amparados y merezcamos
conseguir los premios eternos de tu Redención. Que vives
y reinas por los de los siglos. Amén. |